cultivo de mojarra tilapia

El cultivo de mojarra, especialmente de tilapia, se ha convertido en una actividad acuícola clave para la producción de alimentos, la generación de empleo y el desarrollo rural. Sin embargo, en torno a esta práctica existen diversos mitos que generan desinformación y dudas sobre su viabilidad, calidad y sostenibilidad. A continuación, desglosamos algunos de los mitos más comunes y contrastamos con información basada en la experiencia y estudios técnicos.

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Mito 1: La mojarra solo puede criarse en cuerpos de agua naturales

Realidad: Aunque las poblaciones silvestres de mojarra se encuentran en lagos y ríos, la acuicultura ha desarrollado sistemas eficientes que permiten su cultivo en diversos entornos. Estanques artificiales, jaulas flotantes y sistemas de recirculación de agua son métodos viables para su producción. Estos sistemas controlan factores como la calidad del agua, la alimentación y la densidad de población, optimizando su desarrollo y reduciendo riesgos sanitarios.

Mito 2: La mojarra de cultivo tiene un sabor inferior a la silvestre

Realidad: El sabor de la mojarra de cultivo depende directamente de la alimentación y las condiciones del agua. Cuando se cría en ambientes controlados con un régimen alimenticio equilibrado, su sabor es tan bueno o incluso mejor que el de las mojarras silvestres, ya que se evitan contaminantes y toxinas que pueden encontrarse en cuerpos de agua naturales. La alimentación de calidad y las buenas prácticas de manejo garantizan un producto fresco y saludable.

Mito 3: El cultivo de mojarra es costoso y requiere conocimientos especializados

Realidad: Si bien iniciar un proyecto acuícola requiere inversión y planificación, existen escalas de producción accesibles para pequeños productores. Programas de capacitación y asistencia técnica permiten que personas sin experiencia previa puedan desarrollar con éxito la cría de mojarras. Además, con el uso de tecnologías de bajo costo y estrategias de manejo adecuadas, el cultivo puede ser una fuente de ingresos rentable con costos operativos manejables.

Mito 4: El cultivo de mojarra es perjudicial para el medio ambiente

Realidad: La acuicultura sostenible de mojarra busca minimizar su impacto ambiental mediante prácticas responsables. El uso de sistemas de recirculación de agua, el tratamiento adecuado de desechos y la utilización de alimento balanceado reducen la contaminación. Además, la producción controlada de mojarra contribuye a disminuir la presión sobre especies silvestres, evitando la sobreexplotación de los ecosistemas acuáticos.

Mito 5: La mojarra de cultivo es menos nutritiva que la silvestre

Realidad: Los estudios han demostrado que la mojarra cultivada bajo buenas prácticas mantiene e incluso mejora su valor nutricional. Aporta proteínas de alta calidad, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. Al tener control sobre su alimentación y entorno, se asegura que el producto final esté libre de contaminantes y con un perfil nutricional óptimo para el consumo humano.

Mito 6: La mojarra de cultivo crece con hormonas y antibióticos

Realidad: Existen regulaciones estrictas en la acuicultura que prohíben el uso indiscriminado de hormonas y antibióticos. En los sistemas de producción responsables, se emplean técnicas naturales de crecimiento, alimentación balanceada y controles sanitarios para evitar el uso de sustancias dañinas. Además, los productores certificados cumplen con normativas que garantizan un producto seguro y saludable para los consumidores.

Mito 7: El mercado de la mojarra está saturado y no es rentable

Realidad: La demanda de mojarra sigue en aumento, tanto en mercados nacionales como internacionales. Su versatilidad en la cocina y su accesibilidad la convierten en una de las especies más comercializadas. Con un adecuado plan de producción, mercadeo y valor agregado, es posible desarrollar negocios rentables en la acuicultura de mojarra.

El cultivo de mojarra representa una alternativa viable para la seguridad alimentaria, el desarrollo económico y la conservación de los ecosistemas. Con información adecuada y prácticas sustentables, se pueden derribar los mitos que rodean esta actividad y potenciar sus beneficios para productores y consumidores, para ayudar en este proceso de emprendimiento tenemos un curso en línea especialmente diseñado para que sea comprensible para todos y que además ofrece conocimiento real sobre el proceso del cultivo.

 

Por cDr Roger Gabriel Espejel González

Con una licenciatura en Biología y una trayectoria profesional de más de 10 años en diversas áreas, incluyendo el ámbito rural, urbano e industrial, me he especializado en la producción acuícola y el desarrollo rural. Durante este tiempo, he brindado asistencia técnica a grupos de productores urbanos y rurales en el centro y sur del estado de Veracruz, aplicando y desarrollando técnicas para optimizar la producción en núcleos de traspatio. Además, he sido productor acuícola, lo que me ha permitido poner en práctica los conocimientos adquiridos en el campo. Posteriormente, decidí enfocar mi carrera en el ámbito ambiental y, por ello, me postulé como candidato al Doctorado en Gestión Ambiental. Durante mi formación académica, he llevado a cabo diversos estudios ambientales en el sector industrial y privado, adquiriendo experiencia en áreas como gestión de residuos, evaluación de impacto ambiental y sostenibilidad. Además, he participado activamente en proyectos ambientales en la Región Sur de Veracruz, con especial énfasis en la conservación de la biodiversidad y la restauración de ecosistemas. A lo largo de mi carrera profesional, he colaborado con los tres niveles de gobierno en asuntos ambientales, así como con organizaciones no gubernamentales y empresas privadas. Mi enfoque se basa en tres principios fundamentales: ética, puntualidad y profesionalismo. Estos valores me guían en mi trabajo diario y me permiten generar un impacto positivo en la conservación ambiental y en el desarrollo sostenible.

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