En muchas zonas donde se practica la acuicultura o existen cuerpos de agua permanentes, es común observar, tras una lluvia intensa, la aparición de peces muertos en la superficie. Este fenómeno, que a simple vista parece una enfermedad o contaminación, en realidad suele estar relacionado con procesos naturales del propio ecosistema, principalmente por una caída repentina del oxígeno disuelto en el agua.
En los estanques de tierra destinados al cultivo de tilapia, y también en lagunas pequeñas o vasos reguladores con agua permanente, este problema se repite cada temporada de lluvias. Durante los días soleados, el agua tiende a estratificarse: la capa superficial es más fría y rica en oxígeno, mientras que el fondo se vuelve más cálido, cargado de sedimentos, materia orgánica y pobre en oxígeno.
Cuando llega una lluvia fuerte, el agua fría que cae provoca una mezcla súbita entre las capas. Este proceso, conocido como volteo térmico, rompe el equilibrio y hace que el oxígeno disponible se reduzca drásticamente en todo el cuerpo de agua. Los peces, especialmente los de cultivo como la tilapia, no logran adaptarse a los cambios tan bruscos y mueren por asfixia en cuestión de horas.
A este fenómeno natural se suman otros factores que agravan la situación. Las lluvias arrastran hojas, residuos, fertilizantes y lodo hacia el estanque o laguna, lo que incrementa la demanda bioquímica de oxígeno (DBO), acelerando su agotamiento. Al mismo tiempo, el movimiento del sedimento libera gases tóxicos acumulados en el fondo —como el sulfuro de hidrógeno, el amoníaco o el metano—, que afectan directamente a los organismos acuáticos.
En las lagunas pequeñas y vasos reguladores que mantienen agua todo el año, el riesgo es mayor. Estos cuerpos, aunque cumplen una función importante de captación pluvial o regulación, no cuentan con sistemas técnicos de aireación ni manejo de sedimentos. Con el paso del tiempo acumulan materia orgánica, generando un ambiente frágil donde cualquier cambio brusco puede desequilibrar todo el sistema.
¿Cómo prevenir estos eventos?
Monitorear el oxígeno disuelto antes y después de lluvias fuertes, especialmente en temporadas críticas.
Evitar acumulación de lodos y retirar periódicamente la materia orgánica del fondo. Esto en estanques consolidados
Instalar aireadores o bombas que ayuden a oxigenar el agua en momentos de baja concentración de oxígeno.
Controlar la escorrentía y evitar que las aguas de lluvia arrastren residuos o fertilizantes hacia el estanque o la laguna.
Capacitar al personal y a las comunidades que manejan estos cuerpos de agua, para reconocer señales tempranas de estrés en los organismos.
Cada evento de lluvia es también una oportunidad de aprendizaje. Comprender los procesos naturales que ocurren en los estanques y lagunas ayuda a mejorar la gestión acuícola y ambiental, permitiendo tomar decisiones basadas en ciencia y prevención.
para empezar a cultivar tilapia comienza observando, entendiendo y actuando: transformar el conocimiento técnico en acciones concretas es la base de una verdadera cultura de producción sustentable.
#Acuicultura #Tilapia #EducaciónAmbiental #CulturaAmbiental #Sostenibilidad #GestiónAmbiental #CambioClimático #ProducciónAcuícola #MedioAmbiente #VolteoTérmico #Conservación

Comments are closed